No me atrevo a decir de mí que soy “compositor”, ni tampoco “escritor” o “guionista”, siempre soy un simple aficionado en todo lo que hago, ni la calidad de mis obras y mucho menos mi productividad me hacen la suficiente justicia como para asignarme el poder de tales oficios. Es cierto, pero sea como sea, resulta que hace menos de una semana estrené por primera vez en un concierto una obra que lleva mi nombre.
Llevo algunos años cantando en el coro de mi pueblo, y como estoy con gente a la que ya considero muy cercana a mí, me atreví a componer algo para ellos. Era una idea que tenía desde hace algo menos de un año y que terminó por motivarme cuando, sentados los dos en un bar de copas, mi director y amigo Jerome me animó a que escribiera algo. Así que me puse manos a la obra y para la nueva temporada presenté la partitura, sin letra. A Jerome le gustó bastante, propuso un par de cambios musicales y me ayudó a arreglar algunos detalles de las voces. Finalmente le pusimos letra entre los dos, y un querido compañero de mi cuerda, Pepe Luis, se dedicó a pulir los últimos detalles y a darle título (la jodida letra fue lo que más costó de todo, pero creo que no quedó mal a fin de cuentas).
Los ensayos se sucedieron y reconozco que no estuve muy animado al principio, pues noté que al coro, en general, no parecía gustarle mi obra... Por suerte, fue una primera impresión equivocada, infundada por los ensayos por cuerda. A la hora de aprender una obra, cada cuerda del coro ensaya en solitario su parte, y esta canción tiene la particularidad de que cada voz por sí sola queda bastante vacía y aparenta no tener ninguna dirección concreta. La melodía de cada cuerda tiene todo su sentido en la puesta en común, y es lo que me hizo respirar tranquilo cuando pasamos a los ensayos conjuntos y los coristas empezaron a cogerle su gusto, hasta la alabaron.
De todos modos, al coro le costó habituarse (era una canción un poco complicada y distinta a las habituales que cantamos), así que empecé a temer que no se llegara a pulir del todo. Pero respondieron muy bien y me sorprendieron gratamente, los ensayos se sucedieron y quedé contento con el resultado final.
Llegó el día del concierto, y a pesar de que rogué que no hicieran ningún tipo de presentación especial, no pudieron evitarlo. Aunque amenacé con irme del coro si hacían algo fuera de lo normal, mi compañero, el que pulió la letra y bautizó la obra, explicó a todo el público lo “importante que era esta canción para el coro”. Demasiado bombo y platillo para tan poca cosa, esos detalles al público se la suda, aunque comprendí que mis compañeros quisieran hacerlo. Y me emocionó, la verdad.
Al final, como ocurre mucho en este arte, el concierto salió mejor en los ensayos... Pero qué más da, ya saldrá mejor en el próximo, el fin de semana que viene.
8 comentarios:
vaya, enhorabuena. no sabía de este estreno. tienes suerte!
un saludo
A ver cuando pones un audio para los que estamos más lejos! :)
Un abrazo!
Enhorabuena. No solo por la suerte de poder estrenarla, sino por el trabajo que seguro has hecho para llegar a ese punto. Enhorabuena entonces también por el talento.
Un saludo.
Hey, qué bueno. A ver si puedo escaparme después de este mes estrés... =)
Saludos.
estoy con sacris... para cuando el audiooo????!!!! :)
felicidades artista
un besicoo
Creo que juzgar tu obra, no debes ser tú quien lo haga, sino los demás.
Siempre pasa eso, de que el día que toca la presentación, al estar todos más nerviosos, sale peor.
Un bes.
Carlitooos, estas de vacaciones de blog? :-(
un beso hasta el sabado!
enhorabuena cantautor! O ex-cantautor, como prefieras.
Besicos
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