lunes, 24 de marzo de 2008

El efecto Yoshioka

(Ebriedades)

Señoras y señores, quisiera presentaros un pequeño síntoma que estoy padeciendo estos días y que algunos habréis padecido. No es nada grave, así que no os preocupéis amigos y no os alegréis enemigos, se trata de una tontería. Me acabo de inventar su nombre y es el título que da comienzo a esta ebriedad: “el efecto Yoshioka”.

Como no es ninguna enfermedad, me gusta llamarlo efecto, pues es en realidad consecuencia de una relación emocional. Sin más dilaciones me propongo explicarlo lo más sencillamente posible:
“El efecto Yoshioka” ocurre cuando haces algo que te recuerda a un hecho pasado. Esta analogía se establece para paliar o potenciar una necesidad que en el pasado habías disfrutado y perdido. La peculiaridad de este efecto reside en que, a pesar de que ese algo nuevo que has hecho es agradable para ti y estás gustoso, te remite al hecho pasado y te lo recuerda con mayor fuerza que antes, nublándote y dejándote en un estado un poco incomprensible, como atontado.

Pongamos un ejemplo ridículo: tienes un gato que te encanta, es adorable, pero un día te das cuenta de que se te ha perdido. Pasa el tiempo y descubres un nuevo gato, pero aunque te resulte encantador, te recuerda al otro y añoras su pérdida a la vez que te sientes culpable por compararlo con el nuevo.
Este ejemplo puede transpolarse a cualquier otro sujeto animado o inanimado, siendo muy común en personas.

Las consecuencias pueden ser diversas, lo más probable es que vuelvas a replantearte lo que ocurrió con el primer gato e incluso te plantees buscarlo, preguntándote porqué de repente desapareció. Pero también puede ocurrir (de hecho ocurrirá tarde o temprano) que te olvides sin más y que el efecto se te pase enseguida, pues se trata de una pequeña alteración que se olvida muy pronto. De todos modos, resulta siempre pasajero.

A estas alturas y para finalizar, quizás os preguntéis por qué el efecto se llama Yoshioka. Es lo más tonto y no tiene ninguna importancia, sólo es el nombre del gato que desapareció.